martes, 30 de marzo de 2010

Las relaciones de poder entre los géneros


Las distintas formas de violencia contra las mujeres, generalmente no se presentan por separado, ellas conforman muy a menudo un conjunto de miedos, represiones y odios tanto contra quien se agrede como contra quien propina la agresión.
De esta manera la violencia contra las mujeres, justificada en su género, puede transformase cuando se transformen las relaciones de poder entre los géneros, no para que uno de ellos ostente el poder que le ha sido negado, sino para que se transforme el ejercicio del poder mismo entre los géneros.

La violencia intrafamiliar afecta más al género femenino

En Cali existe un Observatorio de Violencia Intrafamiliar integrado por la Secretaría de Salud Pública Municipal, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, las Comisarías de Familia, la Fiscalía, las IPS de la Secretaría de Salud Pública, el Instituto de los Seguros Sociales y el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, bajo la orientación técnica del Instituto CISALVA de la Universidad del Valle. Estas instituciones, que también hacen parte de la Red del Buen Trato, produjeron un informe con 3.894 datos recogidos entre enero de 2002 y febrero de 2003. En el cual se consigna que, según datos de edad y sexo, el fenómeno de la violencia intrafamiliar afecta más al género femenino con 2.970 casos, lo cual representa el 70% con un promedio de edad de 35 años.

lunes, 29 de marzo de 2010

La punta del iceberg

La violencia contra las mujeres se da en el marco de una cierta forma de socialización y aprehensión de la cultura donde prima la dominación masculina. Es probable que en muchos de los casos de violencia física contra mujeres, en el fondo, cada cual asumiera un rol socialmente establecido, aunque aparentemente transformado.

Los efectos de esta violencia, a manera de metáfora son como la punta del iceberg. Es lo que se ve, lo evidente. Pero para comprender el fenómeno se debe estudiar mucho mas allá de lo que a primera vista se puede observar, se debe analizar la situación completa, indagar qué hubo antes. Saber cómo fue el proceso de socialización de aquel hombre y mujer, que cumplen un rol de maltratador y maltratada respectivamente.

Las estadísticas

Las estadísticas respecto a la violencia de género en la ciudad de Cali son las siguientes:

"Durante los años 2003-2005 se notificaron 18.958 casos de violencia contra la mujer, en el año 2003, 31,1 por ciento (5.904), en el año 2004, 32,0 por ciento (6.065) y en el año 2005, 36,9 por ciento (6.989). El maltrato físico, verbal y psicológico presentaron el mayor reporte, 31,5 por ciento (5.967), 27,6 por ciento (5.223) y 23,6 por ciento (4.479) respectivamente.

El 39,8 por ciento (4.746) de los agresores denunciados fueron los cónyuges de las víctimas, continuaban en orden los ex compañeros 16,0 por ciento (1.904) y los padres de familia. En las mujeres mayores de 10 años, los cónyuges son reportados por maltrato físico, psicológico y verbal. Por su parte los ex compañeros fueron denunciados por inasistencia alimentaria. En los casos de abuso o violencia sexual, los agresores de las categorías otros, cónyuges, padrastros y padres fueron notificados como los mayores victimarios. " Alcaldía de Santiago de Cali. Secretaria de Desarrollo Territorial y Bienestar Social. Red Municipal de Buen Trato. Programa Interinstitucional de EDUPAR. Política Pública en convivencia familiar para el municipio de Santiago de Cali. Santiago de Cali, Octubre 2005;53-55.
Estas estadísticas reflejan, la magnitud de la problemática en nuestra ciudad, pues según los porcentajes de casos, a medida del tiempo se ha venido incrementado. Aspecto que comprueba la inutilidad de los agentes del Estado, para inhibir esta problemática, que afecta la salud pública de nuestra ciudad.

Por otro lado, las cifras evidencian que en la mayoría de los casos es el sexo opuesto quien agrede a la mujer. Así mismo, reflejan que el maltrato físico con 31,5%, es la forma más común de agresión.
www.cali.gov.co/emru/descargar.php?id=3788

El papel de las instuticiones de salud

Las instituciones de salud pueden descubrir el maltrato que no es visible y ser líderes en la realización de asesorías a grupos de apoyo a mujeres; también pueden recomendar a estas, instituciones encargadas de atender a las víctimas de este conflicto, entre las cuales se encuentra el instituto CISALVA; a su vez, pueden difundir por diferentes medios de comunicación campañas masivas y apoyar alternativas de intervención para la mujer agredida o aquella que se encuentra en condiciones de vulnerabilidad que realicen otras instituciones del estado y ONGs.

El papel del gobierno colombiano

Si bien no se dará una conciliación familiar, respecto al maltrato contra la mujer en el ámbito intrafamiliar, como resultado de mostrar la magnitud de la violencia conyugal, las instituciones de la salud al detectarla pueden contribuir, tanto en las políticas públicas al respecto y en intervenciones institucionales a la problemática, como en la orientación y fortalecimiento de las mujeres que enfrentan el maltrato.

Varias son las políticas nacionales y sectoriales que respaldan los compromisos adquiridos por el gobierno colombiano con las mujeres y con la sociedad a través de ellas:

1. El Plan Nacional de Desarrollo 1998-2002, «Cambio para construir la paz, reconstitución del tejido social» en el tercer capítulo: Los compromisos fundamentales de la sociedad, V punto: Familia y niñez (p. 259): las políticas y estrategias en promoción y prevención, hablan de llevar a cabo estas estrategias mediante diferentes mecanismo en los que la sociedad civil tiene un papel preponderante y cuyo eje es el establecimiento educativo y el hogar de bienestar (p. 266). c. Plan Nacional contra la violencia intrafamiliar (p. 267). Con el lema «La paz empieza por mí, la paz empieza en familia», se lanzó el programa HAZ PAZ en Cali en abril 26 de 2000.

2. Por medio de la Ley 51 de 1981, el Gobierno colombiano se suscribió a «La convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer», aprobada en 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y considerada la Declaración Internacional de los Derechos de la Mujer.

3. Consensos intergubernamentales sobre temáticas de violencia intrafamiliar, violencia sexual y violencia contra la mujeres, en:
A. Viena 1993: Declaración y programa de acción de la conferencia internacional sobre derechos humanos.
B. Naciones Unidas 20 de diciembre de 1993 Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
C. Naciones Unidas 1993 Convención internacional de derechos del niño.
D. El Cairo 1994. Plan de acción de la cuarta conferencia internacional sobre la población y el desarrollo.
E. Beijing 1995. Plataforma de acción de la cuarta conferencia mundial sobre la mujer.

4. La Constitución Política de Colombia 1991. Está basada en el respeto y garantía de los derechos humanos fundamentales, iguales e inalienables de las personas, resaltando la libertad y la dignidad humana como inherentes al ser humano.

5. Ley 248 de 1995, que ratifica la Convención de Belén para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.

6. Ley 294 de 1996. Por la cual se desarrolla el Artículo 42 de la Constitución Política y se dictan normas para prevenir, remediar y sancionar la violencia intrafamiliar.

7. Ley 360 de 1997, referente a delitos contra la libertad sexual y la dignidad humana.



La mayoría de los estudios que se han hecho acerca del maltrato a la mujer, se enfocan tan sólo en el maltrato extremo (golpes o violación sexual). Pero aquel maltrato que no tiene que ver con el golpe físico es difícil de cuantificar, hay golpes en el alma, en las emociones y en la estabilidad psicológica.


Esta es una tabla, realizada en un estudio en la ciudad de Cali, a 1500 mujeres de estratos socioeconómicos 0, 1 y 2 (estrato 0 pertenece a invasión) y que en el momento del estudio convivían con sus compañeros. En el cuadro, se puede observar que la violencia contra la mujer no sólo se da a nivel físico, sino que también se dan casos en que son obligadas a tener relaciones sexuales, se les amenaza con el abandono, reciben insultos, entre otras cosas que representan para ellas una disminución de su crecimiento humano integral.


Un obstaculo para develar esta problemática

Un obstáculo para develar esta problemática, es la creencia generalizada de que esto sólo les ocurre a ciertas mujeres, en ciertos sectores sociales y en cierto tipo de situaciones; no se concibe que la condición femenina en si misma conllevé a cierto grado de vulnerabilidad, debido a condicionamientos socio-culturales. Hacer este reconocimiento es un primer paso para comprender como se consolida la violencia de género.

Esta forma de violencia tiene, entre otros soportes, las relaciones de género que se construyen socialmente y que en muchas culturas suponen que la diferencia entre los géneros hace inferior uno respecto del otro, o supone la dependencia de un género respecto del otro, o le atribuye a uno características de debilidad y al otro de fuerza. Características que muchas veces son aceptadas por el mismo género y no necesariamente impuesto por el contrario.
Al investigar acerca de la violencia de género, surge como necesidad cuestionarse sobre algunos de los mitos que con frecuencia se encuentran en nuestro medio, siendo uno de ellos la creencia socialmente aceptada de que las mujeres les gusta el maltrato, que lo exigen o que simplemente son masoquistas. El cual es un punto de vista que perpetúa la sumisión de las mujeres y otorga más argumentos a los agresores, en su mayoría de casos hombres.

Hay que tener en cuenta que tanto las mujeres, como los hombres, están insertas en un marco de relaciones sociales y por lo tanto de conflicto. Esto último implica que la violencia de género se desarrolla en la construcción de ciertas formas de sociabilidad.
A pesar de que algunas formas de violencia ejercidas contra las mujeres ocurran en el ámbito privado, la totalidad de los casos hacen parte de una realidad social y una problemática de salud pública. Estas violencias son características de una cierta estructura de poder y se mantienen aun en sociedades modernas como la nuestra.
En este proyecto se mostrará la violencia contra las mujeres como violencia de género, es decir, que la vulnerabilidad a la violencia contra algunas mujeres se da a partir del atributo de género y es ejercida especialmente por hombres.

sábado, 6 de marzo de 2010




Esta imagen representa una escena más donde la violencia contra la mujer se hace partícipe. Esta práctica es llamada mutilación genital, es una costumbre que se lleva a cabo por razones psicosexuales, sociológicas y religiosas, y se da en la mayoría de los casos en países africanos.
En ella se observa sufrimiento y dolor, puesto que además de ser obligada a someterse a esta práctica, es realizada sin ningún tipo de anestesia, sin ningún cuidado médico ni precaución alguna de contraer enfermedades. Es un claro ejemplo de violación de los derechos humanos, atenta contra su integridad física, moral y psicológica.
Es una violencia inaceptable que es acolitada por los estados de dichos países al permitir que estas prácticas se sigan realizando. ¿Dónde queda la libertad, el placer sexual, y sobre todo la dignidad de estas mujeres?. Esta en nuestra comunidad en general y sobre todo en nuestra generación darle a entender a los demás que las mujeres no son un objeto y que están en las mismas condiciones que un hombre.

debemos darle maxima prioridad

A la violencia contra la mujer debe dársele máxima prioridad en todos los niveles; aun no tiene la prioridad necesaria para facilitar un cambio significativo.
Aunque se pueda lograr mucho con voluntad política, hace falta una inversión significativa de recursos y una asistencia constante, sobre todo a los países menos desarrollados y aquellos que recientemente han salido de un conflicto.
Hace falta que todos los agentes (los gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil) apliquen un criterio más cohesivo y estratégico.

http://www.who.int/gender/violence/en/prioridadmuj.pdf

viernes, 5 de marzo de 2010

Los estados cuentan con obligaciones específicas para tratar la problemática de la violencia contra la mujer, ya sea que lo realice mediante agentes del estado u otros agentes. Los estados tienen la obligación de responder ante las mujeres y prevenir actos de violencia contra ella, investigarlos cuando ocurran y enjuiciar y castigar a los culpables; así como de ofrecer reparación y socorro a las víctimas.

Aunque las distintas circunstancias y limitaciones obligan a los estados a adoptar distintos tipos de medidas, no justifica en ninguna medida la inacción de estos.
Sin embargo, muchos estados alrededor del mundo no aplican en su totalidad las normas internacionales relativas a la violencia contra la mujer.

http://www.universia.net.co/tesis-de-grado/ciencias-sociales-y-humanas/analisis-del-papel-del-estado-colombiano-y-la-mujer/discrimin.html